jueves, 26 de febrero de 2009

UNA APROXIMACION HISTORICA DE LA PARTICI¬PACION GREMIAL DE LAS MUJERES TEXTILES EN ARGENTINA

UNA APROXIMACION HISTORICA DE LA PARTICI­PACION GREMIAL DE LAS MUJERES TEXTILES EN ARGENTINA
Autora: Estela Teresita Soto- Lic.Antropología Social.[1]

INTRODUCCIÓN

Las mujeres trabajadoras han manifestado sus reivindicaciones gremiales en Argentina desde los primeros años del siglo XX. En el caso específico de las trabajadoras textiles, existen evidencias de los reclamos obreros que pueden encontrarse en diversas fuentes como artículos escritos, ponencias, documentos de trabajo realizados por investigadoras actuales; publicaciones periódicas y otros documentos escritos referidos a los movimientos obreros. En el presente escrito focalizo en la participación de mujeres operarias textiles, destacando el aporte de la fuente principal: el periódico El Obrero Textil que publicaba la UOT (Unión Obrera Textil).
El presente documento forma parte de una investigación mayor llevada a cabo entre los años 1991 y 1994, mediante una beca de Formación Superior otorgada por CONICET, Argentina.[2]

I Las reivindicaciones de mujeres operarias a principios del Siglo XX
La primer huelga de hombres y mujeres[3], se realizó en 1.902 en Argentina. El Estado respondió con represión física y legal, a través de la legislación del Estado de Sitio y la Ley de Residencia. El Estado también encargó diversos informes para reflejar la realidad de los trabajadores de ambos sexos y que además, sirvieran de base para la conformación de un Código Nacional del Trabajo.
Con el ingreso del primer diputado socialista al Parla­mento Nacional: Don Alfredo Palacios, se abrió una nueva etapa en la promulgación de leyes sociales.
Comienza el siglo y se inaugura el rol de la mujer obrera fabril: socialistas y anarquistas fueron las pioneras de las luchas reivindicativas; tenían una prédica de esclare­cimiento mediante la creación de bibliotecas de mujeres, centros femi­nistas, de divulgación y de estudios sociales y grupos alter­nativos.
En 1.904 se produjo la movilización permanente de las obreras en sus lugares de trabajo por las siguientes reivindi­caciones: aumento de salarios, pagos por horas extra trabaja­das, mejoras en las condiciones laborales, descanso dominical y reducción de las jornadas laborales. El mayor porcentaje de conflictos laborales femeninos fue orientado por el anarquis­mo, registrándose veinticuatro medidas de fuerza con huelgas, boicots, sabotaje, llevados a cabo por alpargateras, costure­ras, chalequeras, pantaloneras, cigarreras, tabaqueras, obre­ras aparadoras, zapateras, tejedoras, fosforeras y planchado­ras.
También en ese tiempo se organizaron formando sociedades de resistencia femenina: "Agrupación Gremial de Cigarreras, las Obreras Tejedoras de Barracas al Norte, la Sociedad Femi­nil de oficios varios en Barracas al Sur y la Sociedad de Modista", las cuales, además de efectuar reclamos desarrolla­ban acciones tendientes a la elevación del nivel educativo y de la formación de conciencia de sus adherentes.
Sufrieron persecución por sus acciones y fueron deteni­das por la fuerza policial.
"La rama textil, vestido y calzado, fueron las industrias de antaño que mayor cantidad de mano de obra femenina concen­traban bajo la modalidad de trabajo a domicilio- ya fuese unipersonal o familiar - siendo reducido el número de mujeres incorporadas a la producción fabril".(Bellucci,M y Camus­so,C.1987).
De los archivos de Torcuato Di Tella he consultado núme­ros de la colección del periódico El Obrero Textil editado por la que fuera la Unión Obrera Textil entre los años 1.933 y 1.945, que publicaba una sección especialmente dedicada a las mujeres cuyo título fue: La Obrera Textil. Sus artículos constituyen testimonios ya que están firmados, y aquellos que presentan cifras proceden de organismos oficiales. También las fotografías que se reproducen constituyen documentación impor­tante, ya que muestran la participación multitudinaria de las mujeres en Asambleas y otros eventos que agrupaban a los obreros de aquellos tiempos. No obstante, debo hacer una advertencia, en el sentido que algunos nombres podrían ser apócrifos de intelectuales de la época, -es sugerente el hecho de que en algunos números se publica la participación en charlas de Alicia Moreau de Justo, pero no publican artículos firmados por la misma-.
Me interesa destacar aquí el enorme interés que trasuntan las publicaciones de los sindicalistas en desarrollar una tarea educativa tanto tecnológica como ideológica. La formación de la conciencia de clase estaba tan enraizada que aún en las fiestas de carácter social, y según se puede observar en las invitaciones, era moralizante.( ejemplo de ello, serían las fiestas en el Salón Vorwärts: ler. acto: ejecución de música por un solista u orquesta; 2o. acto: teatro, con argumentos siempre moralizantes; 3er. acto: algún discurso; 4o. acto: baile; 5o. acto: desayuno o cena)
De la lectura de estas publicaciones se aprecia un dis­curso sexista por un lado, y por otro, ideológico, clasista, teniendo la mujer obrera un status bien definido. Los eventos del nazismo y la preocupación por informarse y participar en las manifestaciones internacionales de las mujeres aparecen también en estos periódicos; proveía abundante noticia sobre las condiciones de trabajo, la legislación, escalas salaria­les, represión y conflictos con la patronal e información sobre la incorporación de tecnología: manual de usos.

II Conflictos a nivel de las empresas textiles
Según las denuncias publicadas en este periódico, confeccioné el siguiente listado:
Salarios: hacer firmar el recibo de salario antes de la entrega del sobre, que contenía menos cantidad del dinero consignado, y a veces, nada;
descuentos indebidos - luego de la sanción de la Ley de Maternidad -rebaja de salarios (ej: en 1.936 se informa sobre descuentos para la Caja de Maternidad a partir de un ingreso mínimo de $65.- y en 1.941 el salario era de $56.-)
Trampas en la medición de piezas.
Contratos: una variedad de contratos que facilitaban la explotación (ej.: los fasoniers, que subcontrataban con las fábricas, y bajo su control una gran cantidad de trabajadores "en negro", obligando a una baja de salarios en general); obligación de permanecer las obreras a destajo en las inmediaciones de la fábrica aunque no tuvieran trabajo durante 8 horas, pero hacerlas trabajar 2 ó 3 horas; trabajo de niños, fundamentado por los industriales en el aprendizaje de oficios y quitarlos de la calle - pero los niños debían permanecer igual tiempo que los adultos, ya que su labor era requerida todo el tiempo de producción de las fábricas.
Condiciones de trabajo: trabajos nocturnos de más de 6 horas establecidas por ley; no se calificaba al personal; no se enseñaban oficios, ni preparaban para los cambios tecnológicos; máquinas paradas; secciones paradas; falta de provisión de materias primas; suspensiones y despidos a la menor protesta; vigilancia policial a las ancianas (50 años), que serían despedidas al menor error;
Condiciones higiénicas desastrosas ( ej.: Sudamtex: "las ratas se podían cazar en los talleres"; en tintorerías el calor y la humedad eran insoporta­bles)

III Actuación del Estado hasta 1945
Actuación del Estado: las inspecciones del Departamento Nacional del Trabajo no captaban estos problemas; se denunciaban "coimas".

IV Accionar reivindicativo de las mujeres textiles
La Comisión Femenina de la Unión Obrera Textil orientaba su accionar hacia la incorporación del mayor número posible de obreras y empleadas a las filas gremiales, registrando y reclamando por las violaciones a la legislación.
Una nota remitida por centenares de mujeres al Senado de la Nación en 1.934 expresaba: "Las obreras y empleadas ­firmantes, respetuosamente se presentan ante el Senado de la República en ejercicio del derecho de petición consa­grado por la carta fundamental y solicita la sanción del proyecto del Senador Alfredo L. Palacios (refiriéndose al elaborado por éste en 1.906 sobre protección a la maternidad)...este proyecto que su autor presentó hace 25 años en la Cámara de Diputados ha sido postergado innumerables veces..."

V Distribución de obreras textiles en cifras. 1939
En 1.939, la Dirección Nacional del Trabajo registraba para Capital Federal solamente, una cantidad de 23.000 obreras textiles, distribuidas de la siguiente forma según edades:
Menores de 18 años..................2.444
18 a 24 años...........................10.450
25 a 34 años.............................6.550
35 a 44 años.............................2.735
45 a 54 años......................... ......841
Mayores de 55 años....................585
Sin datos.....................................585

Se preferían mujeres a varones, y fundamentalmente jóve­nes, habiéndose controlado el empleo de menores ( ya que la Ley 11.317 frenaba las pretensiones patronales). El beneficio de la patronal provenía del pago de salarios muy inferiores, frustrando las aspiraciones de las otras compañeras de traba­jo; las obreras de mayor edad eran eliminadas en la primer oportunidad y ya no podían encontrar trabajo, al carecer de protección social. (Hay denuncias sobre fábricas que solicita­ban sólo mujeres jóvenes, agraciadas, de entre 18 y 25 años).
Otras denuncias protestaban porque una cantidad bas­tante reducida de obreras era especializada, siendo la mayoría no calificada y con remuneraciones muy bajas. La patronal no tomaba la precaución de capacitar a sus obreras; una res­puesta de las obreras organizadas fue la creación de Academias de Corte y Confección; más tarde se realizaron cursos en la Universidad Obrera; y se publicaron numerosos artículos sobre tecnología, cubriendo el desconocimiento en el manejo de las nuevas máquinas.

VI Estrategias solidarias obreras
Una de las estrategias solidarias destacables fue la constitución de Comités de huelga, encargados de recaudar y distribuir ayudas para los obreros en huelga.
Un ejemplo ilustrativo es el que sigue: Balance de contribuciones para los huelguistas de la Casa Guerino, publicado en 1.936:
Unión Obrera Textil.....................$851.35
Mitau y Greter.............................$372.80
Salzman y Cía..............................$367.80
Piccaluga y Cía............................$259.-
Narciso Muñoz............................$122.-
Fosatti.........................................$107.-
Tejeduría Flores...........................$100.-
Rodríguez....................................$ 83.50
Pastra.........................................$ 79.30
Hoshbaun Milani..........................$ 40.-
Los Mil Colores...........................$ 38.-
Dozzo Hnos.....................………$ 34.-
Inleufeld.....................….............$ 25.40
U.Confort...................................$ 12.60
Lucke.........................................$ 12.30
Villa Crespo................................$ 14.05
Biblioteca gremial........................$ 7.-
Varios........................................$ 16.50
FOETelefónicos..........................$300.-
Unión Ferroviaria........................$200.-
Trabajadores del Estado..............$150.-
Viajantes de Comercio................$100.-
O. del Calzado...........................$ 50.-
F.O.Textil..................................$ 30.-
Federación Gráfica.....................$ 30.-
Colocadores de vidrio.................$ 20.-
Obreros del Mercado.................$ 20.-
ULMA.....................................$ 10.-
Festival 30/11 Salón Vorwarts... $124.-
Vta.rifas 2.901 a $0.20..............$580.20
TOTAL................................$4.152.60

A estas cifras, debe agregarse la cantidad de $3.000.- ingresados directamente al Comité de Huelga por importe de donaciones y de dos festivales realizados en el Salón "Casti­lla" y en el Salón de la Unión Ferroviarios gentilmente cedido a ese efecto. La solidaridad no se expresaba solamente en la rama, sino que se recibía de otros gremios, como se desprende de la lectura de las contribuciones ( La Casa José A. Guerino, sita en Brasil al 2.543, fábrica de medias, soportó una huelga de 5 meses donde participaron 400 obreras).


VII Escala salarial
En las escalas salariales se puede observar la discrimi­nación sexual, mencionada en el Primer Congreso de la C.G.T., pero no aparece en ningún pliego de condiciones acordado durante este período, siendo que tampoco se registran movili­zaciones al respecto. Veamos las escalas:
Tejedores............................ $ 5.-
Hilandería hombres...................$ 4.-
Hilandería mujeres.................. .$ 2.80
Cardadores........................... $ 5.20
Ayudantes........................... .$ 3.60
Mezcla............................... $ 4.-
Urdidores............................ $ 5.20
Ayudantas........................... .$ 2.40
Devanadores hombres nocturno.$ 4.-
Devanadoras.......................... $ 2.60
Ayudantas............................ $ 1.50

En la fuente consultada se denunciaban continuas rebajas y modificaciones en el régimen de trabajo a falta de una reglamentación, afectando a ambos, hombres y mujeres, lo que conduce a malas retribuciones, especialmente en fábricas no organizadas gremialmente. Denunciaban tácticas de capataces y patrones favoreciendo a obreras y generar discordias y discon­formidad entre el personal; denunciaban malos tratos y abusos del personal de vigilancia masculina; sobre malas condiciones de trabajo a destajo, a domicilio.
En julio de 1.938, José Freikes publicó un artículo donde señalaba que una gran canti­dad de mujeres trabajaba como zurcidoras, pinsadoras y costu­reras, sin salarios, horarios, seguro social, indemnizaciones; prefi­riendo los patrones este tipo de contratación antes que perso­nal permanente. En ese artículo se denunciaba que la mayor parte del trabajo iba a domicilio, y que la Ley 10.505 no se aplicaba. En la rama de la Seda, las "fasoniers"[4] eran las primeras en aceptar las rebajas en salarios, provocando la rebaja en los salarios en general; y los fabricantes utiliza­ban esta situación para dejar a los obreros casi sin trabajar como en el caso de las trabajadoras a destajo, que tenían que permanecer por horas enteras inactivas en la fábrica, donde trabajaban efecti­vamente 2 ó 3 horas por día.
Eran también muchas las denuncias por la cantidad de obreros tuberculosos, atribuyendo causa a las condiciones de trabajo y bajos salarios, los cuales promediaban entre $52.- mensuales para las obreras calificadas y $38.- para las aprendizas, en 1.939.
"La falta de organización - manifestaban - hace que todas estas injusticias generen a menudo movimientos espontá­neos y protestas que son generalmente sofocados con gran perjuicio para las obreras quienes sufren suspensiones y cesantías."

VIII Petitorios y resoluciones del Congreso Constituyente de la CGT. mayo de 1936.
La Comisión Femenina solicitó al Congreso de la C.G.T. que de una manera especial se contemplaran las siguientes reclamaciones:
"1o. Que se eleven los salarios y se establezca el sala­rio mínimo, un igual salario a igual trabajo para hombres y mujeres y la calificación del trabajo;
2o. Que se cumplan las leyes obreras, principalmente la Ley 11.729 y 11.317 frustrando de hecho la ofensiva patronal contra las mismas;
3o. Que se corrija el art. 1o. inciso a) de la Ley 12.339 que amplía el art. 4 de la Ley 1.933 eximiendo a las obreras que no llegan a ganar el promedio de $65.- por mes del aporte, trabajen éstas por día o a destajo. Que se den además mayores facultades a las organizaciones obreras para colaborar con la Caja Nacional de Maternidad, ya sea por medio de un Directorio compuesto por representantes obreros y patronales y del gobierno o por otro medio que se convenga y se inicie la creación de maternidades, como lo prevé la ley, pues existen los fondos suficientes para hacerlo.
4o. Que se recompense a las obreras que trabajan a destajo con el mínimo de un medio jornal una vez que se presentan al trabajo, haya o no trabajo para ellas.
5o. Que se modifique la Ley 10.505 de trabajo a domicilio, en la forma como lo reclama la Federación Obrera del Vestido y que ha de beneficiar también a las obreras textiles que están en la misma situación.
6o. Por último, queremos que se respete el derecho obrero a la organización, que se reglamente el trabajo y se nos considere la atención que merecemos como seres humanos y como trabajadores".

En mayo de 1.936, en el Congreso Constituyente de la Confederación General del Trabajo se había resuelto encomen­dar a la Junta Ejecutiva:

1o. Reclamar el cumplimiento de la legislación que ampara a la Mujer y el niño.
2o. Solicitar del Poder Ejecutivo de la Nación la inmediata reglamentación de la Ley de Amparo a la Maternidad, sancionada el 30/9/1934.
3o. El Congreso aplaude a las obreras y empleadas que luchan desde sus respectivas organizaciones sindicales para mejorar sus condiciones morales y
materiales y las exhorta a perseverar en la propaganda para que cada día sea mayor el número de las mujeres que secundan a los trabajadores en las
actividades de los sindicatos.
4o. Encomienda a la Junta Ejecutiva dé preferencia a los problemas del trabajo que atañen a la mujer y el niño. También gestionará la extensión de la legislación laboral a hombres y mujeres rurales.

En el mismo año, un artículo de Freikes en el Obrero Textil, titulado:"La Democracia y la participación de las mujeres y jóvenes en la actualidad": "Dígase lo que se diga, pero hay que constatar que las mujeres y jóvenes no ocupan en nuestra organización el lugar que les correspondería de acuer­do con su representación en la industria ( 70% si no más de los obreros son mujeres y jóvenes). No tienen ellos ninguna participación en la dirección del sindicato, ni existen comi­siones encargadas de realizar una labor especial entre ellos. Sin embargo, tanto los jóvenes, como las mujeres tienen sus propios problemas y reivindicaciones que son muchas veces desconocidos por nosotros. Es necesario pues, aplicar con toda amplitud la democracia sindical en estos casos."

En 1.936 se forman comisiones asesoras y de propaganda con participación mayoritaria de las mujeres; pero también se observa que en los listados de las comisiones internas de las empresas aparecen nombres femeninos.
En la rama de la Seda, que tuvo grandes períodos de conflictos, su participación fue muy activa: Flora Abzatz es la primera, de quien también pueden leerse algunos artículos concientizadores en las páginas de El Obrero Textil.

IX Mujeres textiles destacadas en U.O.T.
Mujeres que se destacaron en la Comisión Femenina de la U.O.T.:
En 1.938 se publicaron artículos firmados por Flora Abzatz, quien formaba con el seudónimo FLORA, girando su discurso alrededor de temas sobre la condición de la mujer obre­ra: "...que es considerada como un ser inferior al hombre, para así poder aprovechar su mano de obra y convertirla en competidora entre sus propios hermanos de clase, que es la clase trabajadora." Otro tema que abordaba se refería a la Ley de maternidad, señalando: "Los patrones para salvarse del aporte doble no toman en cuenta más que los días trabajados ...es necesario que la obrera organizada sea la verdadera portavoz de nuestras aspiraciones y solamente de esta manera, a través de la unificación en las tareas junto al hombre:, sobre las condiciones salariales: "...salario mínimo y contra­to colectivo que reglamenten las condiciones de la produc­ción...nadie mejor que la mujer que debe trabajar y a la vez dirigir su hogar..."; su discurso apuntaba a la igualdad de hombres y mujeres pertenecientes a la misma clase social.

Entre 1.938 y 1.940, también prolífica en artículos concientizadores, surge Ida Pecheny, quien también representa­ría a las mujeres en el Congreso de la C.G.T. de 1.939.
La actuación de Dora Genkin es también destacada y alta­mente combativa, acompañando a su pareja y Secretario General de U.O.T., Jorge Michellón en el período comprendido entre 1.936 y 1.945, habiendo militado en la Comisión Femenina del sindicato.
Las leyes eran burladas por los empresarios textiles y el enfrentamiento con el gremio se acentuaba en relación a las dificultades que presentaba la producción industrial textil debido a los acontecimientos políticos y económicos locales y mundiales.
La problemática de la Ley de Protección a la Madre Em­pleada y Obrera 11.933 - que motivó la mayoría de las movili­zaciones femeninas - era muy compleja, dejando items abiertos a interpretación, siendo perjudicadas las obreras trabajadoras a destajo y domiciliarias; la patronal evitaba el pago del aporte trimestral y también existían dificultades en el cómpu­to de los tiempos de prestación para la percepción del benefi­cio.
La Caja de Maternidad en enero de 1.945 disponía de más de 20.000.000 pesos, adeudando el Estado su aporte desde 1.943. A diez años de aplicación de la Ley de Maternidad, las mujeres aún no habían conseguido la formación de un Directorio con la representación de las tres partes solicitadas desde 1.938; sufrían engorrosos trámites burocráticos porque depen­día de la Caja de Jubilaciones y Pensiones Civiles y ésta del Instituto Nacional de Asistencia Social de la Secretaría de Trabajo y Previsión.

X Resoluciones del Primer Congreso Ordinario Confederal. 1939.
En 1.939 la Unión Obrera Textil designó una Delegación Femenina para concurrir al Primer Congreso Ordinario de la C.G.T., la cual elaboró una reseña sobre la situación de la mujer textil y sus reivindicaciones expuestas por Blandina Lorenzo e Ida Pecheny, cuyas derivaciones se leen en una Resolución de la C.G.T.:
"Considerando: que la mujer obrera es víctima de una explotación despiadada, mediante salarios miserables y jorna­das de labor extenuadoras, el Primer Congreso Ordinario Confe­deral resuelve:
Encomendar al Comité Confederal que dedique especial atención a los problemas que afectan a la mujer trabajadora, designando una comisión femenina encargada de estudiar la mejor forma de encausar la tarea que compete para la defensa de sus intereses".

De acuerdo a los artículos del periódico consultado, los temas y la militancia se fueron profundizando, llegando a soportar gran represión policial.( el caso de Teresa Araujo encarcelada por varios meses en el Asilo San Miguel en 1.945)­.
Para esa fecha, las mujeres constituían el 60% del perso­nal en la industria textil, con 12 años de lucha por sus reivindicaciones, pero aún sin ocupar los primeros puestos en la dirigencia sindical.
Las textiles participaron en 1.939, a través de la Unión Argentina de Mujeres en el Congreso de las Democracias reali­za­do en Montevideo; y en 1.945, Antonia Benegas - de la casa Piccaluga - concurrió al Congreso Interamericano de Mujeres en París donde se constituyó la Federación Mundial Femenina de Lucha contra el Nazi fascismo.
Las reivindicaciones de género se orientaron a temas inheren­tes a la maternidad y los horarios de trabajo; siendo los salarios tratados a nivel de ramas o empresas, en cuyas comi­siones las mujeres tuvieron activa participación - comisiones internas, sectoriales, secretaría de Cultura o de Prensa y Propaganda - sufriendo por ello golpes, suspensiones, despidos y cárcel.
La militancia se orientó hacia la formación de la concien­cia de clase en un sentido marxista, publicando artículos en la Sección del Obrero Textil: La Obrera Textil; sobre la participación activa en el sindicato; sobre los sucesos mun­diales con respecto al trabajo; sobre conquistas de dere­chos de las mujeres trabajadoras; con visitas a fábricas y organi­zación de asambleas por empresa, rama y gremio, para la forma­ción de comisiones internas, sectoriales y gremial; informa­ción sobre la marcha de conflictos de empresas; accio­nes solidarias con los obreros en paro o huelga; denuncias y estimulación a denunciar irregularidades; organización de fiestas y excursiones; organización de actos públicos; parti­cipación en asambleas del gremio o de la CGT; audiciones radiales; actividades de formación para la calificación obre­ra; formación sobre los asuntos referidos a la ley de materni­dad; denuncias sobre condiciones insalubres de trabajo; crea­ción de bibliotecas y escuelas de capacitación profesional.
De aquí en más, la sindicalización aparece más influen­ciada por factores político-partidarios; anteriormente [5] - en el período entre 1.935 y 1.945 - participaron 19 mujeres en la comisión directiva del gremio textil en el nivel nacional, en tanto que en Capital Federal y Gran Buenos Aires las Comi­sio­nes de Relaciones Internas estuvieron compuestas por mayo­ría de mujeres.

XI Instituciones del Estado que atendieron la problemática de las mujeres entre 1944 y la actualidad.
En el Estado - se creó en 1.944 la División de Trabajo y Asistencia de la Mujer, primer organismo que se ocupó de la problemática específica en la historia institucional en Argen­tina, bajo la dirección de la Dra. Lucila de Gregorio Lavié, aunque en los diez años posteriores la participación de las mujeres tomó otros senderos que los de reivindicación gremial.
Los lineamientos ideológicos del Movimiento Nacional Peronista que se formaba, teñía todos los ámbitos de la vida, disolviendo la separación entre vida pública y privada, pene­trando desde la participación política y la movilización política y social para instalar un nuevo orden en la sociedad argentina.
El proyecto nacional del General Juan Domingo Perón y Eva Duarte de Perón tenía como objetivo la comunidad organizada en un orden distinto del que imperara hasta esos momentos; me­diante acciones estratégicas los sindicatos fueron unificados y el movimiento obrero pasó a tener gran participación en la vida política y social a partir de ese momento.
Vera Pichel[6] relata que el 23 de setiembre de 1.947 se congregaron en Plaza de Mayo: "obreras de fábricas y talleres, empleadas y profesionales, amas de casa, madres con sus hijos en brazos, acudieron a esa cita de honor de la nueva ciudada­nía”...decía el Presidente Perón:...La ley que reconoce los derechos cívicos de la mujer modifica un estado de cosas que representaba en nuestro medio un verdadero anacronismo políti­co...y Eva Perón: “...siento que me tiemblan las manos al contacto con el laurel que proclama la historia. Porque aquí, hermanas mías está resumida en la apretada letra de unos pocos artículos, una larga historia de luchas, de tropiezos y espe­ranzas..”.
sigue Pichel:”...era el comienzo de una nueva etapa. Incorpora­das a los derechos políticos, las mujeres argentinas se con­vertían de este modo, en parte esencialmente vivificadora de la ciudadanía nacional"..."núcleos minoritarios que incluían desde las comunistas hasta las conservadoras más rancias, reeditando esa payasada política que se llamó Unión Democráti­ca, no sólo negaron su apoyo a la campaña nacional por la conquista de esa ley, sino que inventaron un insólito a fuer de divertido slogan: Ahora no queremos votar..."

La Constitución de 1.949 ratificó los derechos de la mujer, incorporó a los habitantes de los territorios naciona­les y a los residentes extranjeros. Derogó resabios del dere­cho de familia de las Siete Partidas y de las Leyes de Toro, el Art. 37, punto II, inciso 1o.: "El Estado protege al matri­monio, garantiza la igualdad jurídica de los cónyuges y la patria potestad"; y el inciso 4o. :" la atención y asistencia de la madre y el niño, gozarán de la especial y privilegiada consideración del Estado".
El 11 de noviembre se incorporaron a la vida cívica del país: 4.225.467 mujeres ( en las elecciones de 1.946 los inscriptos en el padrón totalizaban 3.405.173 habiendo votado el 83.38%), en esta oportunidad votó el 90.32% del padrón femenino, distribuido de la siguiente manera: el 65% Partido Peronista; el 30% la Unión Cívica Radical; el 2.5% a los Demócratas; el 0.9% a los Socialistas y el 0.7% a los Comunis­tas

XII Ley 13.010, Fundación Eva Perón y Partido Peronista Femenino.
La Ley 13.010 posibilitó el sufragio femenino, y en 1.949 se fundó el Partido Peronista Femenino, organizado desde la Fundación Eva Perón. La Fundación animó y sostuvo las siguien­tes realizaciones (Pichel,1.983): hogares de tránsito para madres solteras, madres abandonadas, familias numerosas, tránsito justificado; policlínicos ( cinco con atención gra­tuita); hogares-escuela, de ancianos; deportes infantiles y juveniles; escuela de enfermeras; ciudad estudiantil; escue­las; turismo social; hogar de la empleada; proveedurías; plan agrario.
En diez años, la participación de las mujeres en los gremios cedió lugar a su participación social y política, canalizada a través de la rama femenina del Movimiento Pero­nista, quedando la rama gremial bajo la conducción de los varones.
Luego de la Revolución militar denominada "Libertadora", se creó en ámbitos del Ministerio de Trabajo, en 1.956, la División de la Mujer, bajo la dirección de María Cristina de Gorsch, que tuvo como objetivos proteger la higiene, seguridad y dignidad de las trabajadores; reguló el trabajo doméstico, realizó estudios y bregó por la igualación de salarios. ( sólo duró un año).
En 1.958, el gobierno de Frondizi creó la Dirección Nacional de Seguridad y Protección Social de la Mujer, también en el ámbito del Ministerio de Trabajo, siendo su Directora la Dra. Blanca Stábile, que puso el acento en la capacitación, logró becas al exterior y tuvo una importante labor hacia el exterior y hacia el interior de la República.
Entre 1.947 y 1.960, la curva de participación de las mujeres en el mercado laboral descendió a las cifras más bajas, y luego ascendió ininterrumpidamente; pero no se encuentra un incremento concomitante en la dirigencia gremial por parte de las mujeres. En la década de 1.955-1.965, el gremio textil no incluyó mujeres en su Comisión Directiva: incluyó el 10% en subconsejos y del 20 al 30% de delegadas en las bases. (Vita­le, 1.988 - p.50)
Las mujeres se han insertado preferentemente en las comisiones de relaciones internas, en áreas culturales o de acción social; resurgieron después del gobierno militar ( 1.976-1.983), organizándose en los últimos años de ese período en la promoción de cursos, conferencias, seminarios de capaci­tación sindical.
En 1.984 nace la llamada "Mesa de Mujeres Sindicalistas" que responde a una fracción del movimiento obrero argentino, la Comisión de los 25; paralelamente surge el Movimiento Nacional de la Mujer Sindical enrolado en las 62 Organizacio­nes peronistas y el Ubaldinismo, siendo la Asociación Obrera Textil una de sus integrantes.
La diferencia entre ambas se centra - por lo menos en el discurso, ya que en realidad se gestaban en ese momento las alianzas que iban a disputar el poder a nivel CGT /Gobierno- en el primer grupo se levantaban las banderas de la discrimi­nación de las mujeres y el reclamo de espacios igualitarios de poder sindical; en el segundo se declaraba que el verdadero rival es la injusticia social, la patronal o el imperialismo de turno; que las mujeres han estado siempre integradas y no reivindican la igualdad.
En 1.987 se creó en el ámbito de la CGT el Departamento de Desarrollo y Capacitación de la Mujer bajo la conducción de un varón, y en 1.990 se crearon simultáneamente, en ambas CGTs, sendas Secretarías de la Mujer.
De la Mesa de Enlace surgió un Foro de Capacitación e Investigación para Mujeres Sindicalizadas y en el año 1.992, con la CGT unificada, se acaba de crear el Instituto de la Mujer de esta institución.
La Asociación Obrera Textil cuenta con un Departamento de la Mujer de escasa participación y peso por el momento; cuenta asimismo con tres Secretarías ocupadas por mujeres: Secciona­les Patricios, Vicente López y San Martín

XIII Modalidades estratégicas de participación de las muje­res textiles en el Siglo XX.
En síntesis, las "modalidades" en las estrategias de participación encontradas durante estos períodos:
Ia. etapa: 1930-1945: participación gremial de carácter masivo.
Las reivindicaciones de las mujeres de este período se manifiestan en dos ejes: uno como pertenecientes a la clase obrera donde manifiestan un compromiso social conjuntamente con los varones de su misma clase; otro en relación al género femenino, defendiendo intereses con referencia a su condición de reproductoras biológicas: Ley de maternidad; Caja de mater­nidad; como mujeres que reclamaban por los malos tratos por parte de capataces y la preferencia a conceder empleo a jóve­nes de entre 18 y 25 años; como obreras femeninas: por la discriminación salarial, las malas condiciones de trabajo en la relación contractual, higiene y seguridad en el trabajo.
Los reclamos fueron elevados a la patronal, al Estado, al Sindicato y a la CGT.

IIa. etapa: 1945-1955: participación política y social. etapa de los derechos cívicos y políticos de las mujeres argentinas. ( no hubo mayor acceso a datos más puntuales sobre la participación de las mujeres textiles en el gremio, en razón de que mucha de la documentación fue quemada ). Los espacios gremiales fueron el camino hacia la participación pública de las mujeres de la clase obrera, tomando el poder un carácter simbólico.
En esta etapa, el abandono de la participación en el campo gremial también se acompañó con el abandono del puesto de trabajo, señalándose una reducción de mano de obra femenina textil del 70% al 60%.
La participación social y política se profundizó a través de la Fundación Eva Perón, permitiendo a las operarias y empleadas la aparición pública en la escena de la sociedad argentina.

IIIa. etapa: 1956-1993: participación individual.
Hasta la apertura democrática de 1983 aparecen tímidas participaciones revestidas de un aura cultural o social; con reivindicaciones y conquistas de carácter material: la guarde­ría, la sala de primeros auxilios; baños con duchas,etc.
La participación en el mercado laboral disminuye hasta 1960, recupera los niveles iniciales hacia 1967 y luego desciende paulatinamente hasta constituir casi la mitad de la proporción inicial en la actividad de las operarias textiles en la actualidad.
También en la actualidad, la participación sindical aparece individual, intersticial, politizada y clientelísti­ca. Se están haciendo esfuerzos a nivel central del sindicato para lograr una participación más comprometida de las mujeres en estos momentos, siendo que el espacio de mayor realización de la acción gremial de las mujeres textiles parece focalizarse en el ámbito del establecimiento fabril.

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[1] Soto, Estela Teresita. Antropóloga Social graduada en FHCS-UNaM, Argentina. Curso Tutorial de Post Grado en Ciencias Sociales del Trabajo. FLACSO. Argentina
[2] Mi investigación indagó sobre la dimensión subjetiva en la discriminación/segregación de las mujeres en el mercado laboral, desde la negociación en las empresas de delegadas de fábrica en el sector del tejido de punto del gremio textil en Buenos Aires, Argentina. En la búsqueda de estrategias de poder de mujeres trabajadoras, tuve la oportunidad de aplicar técnicas tales como la observación con participación, y aún, investigación-acción, al participar en las reuniones semanales de las delegadas de fábrica y dirigentes sindicales en la Asociación Obrera Textil de la República Argentina, para dar lugar a una Tesis doctoral aún sin defender.
[3]Belllucci,Mabel y Cristina Camuso. Las obreras de principios de siglo. Revista UNIDAS. Mujer y Trabajo. Año 1. No. 3. Dic.1987
[4] el trabajo “a fason” consiste en el encargo de prendas a ser realizadas a domicilio de la operaria, pagándose a destajo.
[5] Deu Dulk, 1.976. El gremio textil y la participación de la mujer. Tesis de grado. UCA. (inédito)
[6] Pichel, Vera. Mi país y sus mujeres. Ed. La Campana. Bs.As. 1.983 ( 1a. ed. 1.968)militante del movimiento nacional justicialista, fue redactora de "El líder" y Editorialista de "La Prensa" hasta 1.955. Perteneció al Sindicato de prensa. En la década del '60 fue Directora de Prensa y Difusión de la provincia de Neuquén. Observadora srgentina no-gubernamental ante la Comisión Interamericana de Mujeres de 1.967. Secreta­ria de la Directora Nacional de Seguridad y Protección Social de la Mujer en 1.958.

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